Los invito a conocer a dos hombres y una réplica: El busto de Balzac por François Auguste René Rodin.

Impresionismo, ejecutada entre los años 1892 y 1897 y otorgada primero al escultor Henri Chapu, quien murió antes de concluirla. Émile Zola  fue el responsable de trasladar esta tarea luego de votación en la Sociedad de los géneros y las letras de Francia, con 4 votos en contra le otorgaron a Rodín la misión de hacerla para luego enaltecerla en el patio central del Palacio Real, más tarde esta misma Sociedad no reconoció el monumento y se asignó luego a otro escultor.

Rodín, hijo de la escuela escultora no clásica y catalogado como el «primer escultor moderno» abrió una nueva tendencia en las artes de la escultura y los monumentos.

 Destacado de este monumento:

  • Está situada en los jardines exteriores del Museo Rodin en París Francia.
  • De un tamaño gigante y una sensación de «abocetado», para que despierte en el espectador la sensación de cercanía.
  • Fue un reto para el escultor ya que trabajaba con modelos vivos; Balzac tenía 30 años muerto y Rodín tuvo que valerse de viajes y lecturas para su creación.

Para la época este monumento tuvo muchas críticas y hasta hoy la lectura de algunos especialistas es el más moderno de toda su obra artística.

«Fue el resumen de toda mi obra artística» dijo el escultor en su momento. Recordar entonces también al lector y seguidor de la obra realista de Balzac, quien en La Comedia Humana pudo desmontar y plasmar en casi 40 tomos una década francesa del siglo XIX.

Plasmaba en bocetos, dibujos primero y luego esculpía, entre sus grandes obras escultóricas tenemos El pensador, La puerta del infierno, el busto de Víctor Hugo y La eterna primavera, entre muchas otras.

Balzac y Rodín, una dupla que seguirá reviviendo en las Bellas Artes y en nuestras conciencias.

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