Este año la pinacoteca madrileña le ha rendido homenaje a notables autores. Hace solo algunos meses, y tras un rotundo éxito, el Museo del Prado cerraba las puertas de la muestra en la que conmemoraban al maestro flamenco El Bosco; también le tocó el turno a un artista menos conocido.

El Museo del Prado celebró los 150 años del aniversario del nacimiento de Miguel Blay con una exposición que llevó por título Solidez y Belleza, y que tuvo como principal finalidad dar a conocer el trabajo de este escultor poco conocido, así como las obras firmadas por él que integran la colección permanente de esta institución.

Miguel Blay es uno de los principales exponentes de la escultura europea del siglo XIX, a pesar de que su nombre no resuena tanto como el de Rodin. Se formó en Madrid, París y Roma. La exposición, que estuvo disponible desde el mes de abril hasta los primeros días de octubre, estuvo conformada por una veintena de esculturas que El Prado atesora en sus almacenes.

En el año 1900 este escultor español obtuvo la Medalla de Oro en la Exposición Universal gracias a la pieza Niña desnuda, obra que data de 1892 y que estuvo incluida en la exposición con la que el gran museo de Madrid le rindió homenaje a este artista ibérico, comisariada por Leticia Azcue, jefa de conservación de escultura y artes decorativas del Prado.

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