La editorial Páginas de Espuma presentó a los lectores de lengua hispana la narrativa breve completa del escritor francés Émile Zola, incluyendo todos los cuentos que se encontraban recogidos en libros dispersos. Esta obra monumental estuvo a cargo de Mauro Armiño, quien también emprendió la labor de traducir los textos.

Para algunos críticos, la obra de Zola debe ser leída en paralelo, acompañando sus novelas de estas narraciones breves. La trascendencia de la literatura del escritor naturalista francés se debe en buena parte a sus grandes novelas, pero no deben desdeñarse sus relatos, en los que podemos encontrar desde finales trágicos hasta narraciones que hacen un guiño a la crónica.

Fue la miseria lo que llevó a Zola a escribir sus cuentos, a su llegada a París y tras la muerte de su padre, la necesidad económica obligó al escritor a buscar trabajo como redactor en algunos periódicos, enfocándose en la redacción de crónicas y posteriormente de relatos, que nunca llegó a compilar en un tomo.

Émile Zola pudo escribir en sus narraciones “lo que quiso”, presentando en parte singular atención a la sociedad parisina que le tocó vivir. Muchas personas ignoran el gran talento como cuentista que caracterizó al autor de grandes obras maestras de la literatura universal, como Nana y La bestia humana.

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