Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es uno de los grandes monumentos que alberga, en sí mismo, todo el esplendor que caracteriza a la ingeniería romana. El Coliseo fue llamado originalmente el anfiteatro de Flavio y su inauguración se produjo en el año 80 después de Cristo.

Dos mil años luego de que esta colosal construcción abriera sus puertas, queda en pie buena parte de su estructura, en muchos casos visiblemente deteriorada, pues tantos años de historia, de guerra y de diversos usos a los que fue sometido el edificio, no pasan el año. Permanece en pie, eso sí, el rasgo central de su majestuosidad.

Diseñado para albergar alrededor de 50.000 espectadores, este anfiteatro fue uno de los principales escenarios de las luchas de animales y de gladiadores, representaciones teatrales en ciertos casos y batallas navales, que eran conocidas por aquel entonces como las naumaquias.

Es una de las atracciones turísticas de Europa que recibe más visitas anualmente. Alrededor de cinco millones de turistas procedentes de todos los rincones del mundo, acuden al Coliseo para conocer su magno esplendor. Es uno de los grandes símbolos de Roma, la ciudad eterna, y las colas para ingresar a sus ruinas, con considerables.

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