Todo parecía indicar que ‘Sálvame’ había encontrado su nueva casa en Netflix. Después de que Telecinco prescindiera de su veterano programa para dejarle el hueco a Ana Rosa Quintana (que nunca ha logrado recuperar la audiencia perdida, por cierto), los responsables del programa decidieron hacer un sucedáneo con ‘¡Sálvese quien pueda!’, que resultaba mejor cuanta más libertad les dejaban a los contertulios. Sin embargo, este remake ha acabado recalando en un lugar totalmente distinto y absolutamente inédito.

Habrá que salvarse

Ahora, Fabricantes Studio (la antigua Fábrica de la Tele) ha anunciado en Twitter no solo que ‘Sálvame’ volverá, sino que lo hará en su propio canal online dedicado totalmente al corazón: Quickie. Hay muchas dudas todavía por resolver, pero lo que sabemos es que será un canal en directo que tendrá un programa llamado ‘Ni que fuéramos Sálvame’ en el que participarán Belén Esteban, María Patiño, Lydia Lozano, Víctor Sandoval, Chelo García Cortés y Kiko Matamoros, entre otros. Habrá que ver si logra meterse en las casas de la gente.

Será a partir del 6 de mayo y de lunes a viernes, sin que quede aún muy claro cómo van a rellenar el resto de las horas del día. Ellos se anuncian como «el canal para los que no tienen canal» y son un poco el equivalente a montarse un fanzine cuando nadie te quiere en la industria editorial pero tú confías plenamente en tu producto.

El canal (y el programa) se podrá ver por YouTube y Twitch, pero tendrá redes abiertas en el resto de Internet, claro. De hecho, TikTok, sin ir más lejos, puede ser vital para su éxito. La idea, por lo visto, es hacer un periodo de pruebas en mayo y junio para lanzar por todo lo alto en septiembre con la lección aprendida.

Habrá que ver si tienen un público suficiente como para ganar el dinero que necesitan para sustentar a su plantilla. De momento, solo una cosa está clara: el cotilleo ha vuelto… aunque sea por la puerta de atrás. Veremos lo que pasa en un panorama audiovisual tan confuso como el actual, donde nada está cerrado. Ni siquiera el éxito del programa que media España echa de menos.

En Espinof:

Al hablar de estrenos de terror de abril de 2024, la película Abigail -junto a La primera profecía- era uno de los que, por SOYDECINE, con más interés esperábamos. Y es que la nueva cinta de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (responsables de Scream V y Scream VI entre otros) prometía ser una gamberrada vampírica protagonizada por la que podríamos considerar ya una de las Scream Queens moderna: Melissa Barrera. Tras haber podido verla queremos contarte qué nos ha parecido para que valores si vale o no la pena acudir a las salas de cine.

Sinopsis

Los niños pueden llegar a ser auténticos monstruos. Después de que una banda de delincuentes secuestre a una bailarina de 12 años, hija de un poderoso capo del hampa, a los secuestradores solo les queda vigilar a la niña durante una noche para cobrar el rescate de 50 millones de dólares. En una mansión alejada de todo, los raptores empiezan a desaparecer uno a uno y descubren, con creciente horror, que están encerrados con una niña nada normal.

Radio Silence –el dúo de directores formado por Matt Bettinelli y Tyler Gillett, responsables de aterradores éxitos modernos como Noche de bodas, Scream, de 2022, y Scream VI, estrenada el año pasado– está a la cabeza de un nuevo y sangriento enfoque de la película de vampiros escrita por Stephen Shields (Bosque maldito, la serie “Zombie Bashers”) y Guy Busick (la franquicia Scream, Noche de bodas).

Los protagonistas de Abigail son Melissa Barrera (la franquicia Scream, En un barrio de Nueva York), Dan Stevens (las series Gaslit y Legion), Kathryn Newton (Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, Este cuerpo me sienta de muerte), William Catlett (La serie Black Lightning, la miniserie Una historia real), Kevin Durand (Resident Evil: Venganza, X-Men Orígenes: Lobezno) y Angus Cloud (la serie Euphoria, North Hollywood) en el papel de los secuestradores, y Alisha Weir (Matilda, de Roald Dahl: el musical, la serie Darklands) como Abigail.

Crítica de Abigail

Abigail es un mejunje de malas decisiones y unos cuantos homenajes a diferentes subgéneros del cine de terror. La primera mala decisión la encontramos en su sinopsis, que nos cuenta demasiado (casi tanto como el tráiler). Se desvela el giro más interesante, que bien podría haber resultado efectivo a la hora de sorprender al espectador si se hubiera reservado para el momento oportuno.

Por otro lado, el filme carece de tensión, incluso en los momentos que tendrían que ser más terroríficos. A pesar de que el diseño de algunos personajes está muy logrado, la cinta no consigue darnos un buen motivo para agarrarnos a la butaca en sus 100 minutos de metraje. Hay escenas con litros y litros de sangre, pero sus directores parecen estar empeñados en apartar la cámara para no tratar de herir la sensibilidad de nadie.

Abigail, malas decisiones

Además, si hay algo que convierte a esta Abigail en un producto muy estándar, no es la previsibilidad de su argumento y el desarrollo de este. Hay una evolución prácticamente nula por parte de los protagonistas. A los espectadores les resultará imposible empatizar con los personajes. Y para colmo, muchas de las situaciones que se plantean se resuelven de una manera inverosímil, casi apresurada.

Pero claro, algunos espectadores perdonarán todo esto debido a que la cinta también juega de una forma constante con el uso del humor negro. Y aunque nosotros no hemos conseguido conectar con este, otros probablemente pasen un rato divertido y entretenido gracias a sus dosis de sangre y de comedia.

En definitiva…

Abigail es una película fallida. La falta de tensión y de desarrollo de los personajes, la poca valentía de los guionistas y directores que no se lanzan a crear algo original y con estilo propio, hacen de esta película una especie de home invasion muy mediocre con algunas pinceladas del slasher clásico.

Probablemente sea de esas películas que sobre el papel, se veía y sonaba mejor que en su resultado final, después de convertirse en largometraje. Un producto olvidable, pero que sin embargo podrá ofrecer un rato divertido para aquellos/as que vayan buscando una experiencia sencilla y directa, con algo de humor y sangre.

PUNTUACIÓN: 4

Los catálogos de las plataformas de streaming están repletos de títulos que se estrenaron en su momento en cines. De hecho, más de una vez ocupan las primeras posiciones entre lo más visto en dichos servicios, pero hoy quiero llamar vuestra atención sobre una que quizá haya pasado algo desapercibida en Netflix. Me refiero a ‘Black Hawk Derribado’, una de las mejores películas bélicas del siglo XXI.

Ganadora de dos premios Óscar en su momento -se llevó para casa los galardones de mejor sonido y mejor edición de sonido- es una película que no tuvo en su momento todo el impacto que se merecía. Y hay tres motivos principales por los que ‘Black Hawk Derrivado’ quizá sea la película de guerra más importante de lo que llevamos de milenio –mejores sí que se me ocurren varias-.

Por qué es una película imprescindible

El primero de ellos -y seguramente el menos importante- es el increíble reparto que Scott logró reunir aquí, pues es casi imposible acabar de listar la cantidad de rostros conocidos que aparecen en ella, aunque varios de ellos no eran especialmente conocidos por aquel entonces. Josh Hartnett, Ewan McGregor, Orlando Bloom, Eric Bana, Jason Isaacs, Hugh Dancy, Tom Sizemore, William Fichtner, Nicolaj Coster-Waldau o Jeremy Piven por mencionar solamente algunos.

El segundo es que se trata de un título con una enorme influencia posterior, especialmente en el mundo de los videojuegos. Por ejemplo, nuestros compañeros de Vidaextra ya destacaron el año pasado su importancia en el desarrollo del nuevo ‘Delta Force’, mientras que en 3DJuegos comentaron que era una de las influencias claras de ‘Battlefield 3’. Además, su peso se dejó notar en otros títulos como ‘Call of Duty 4: Modern Warfare’ o ‘Medal of Honor’.

El último y no menos importante es que ‘Black Hawk Derribado’ es una gran película que derrocha energía y presenta un trabajo de puesta en escena impresionante por parte de Scott. Es cierto que en su momento hubo cierta polémica por su forma de retratar la historia real que sucedió en Somalia y que sirve como base para la película, pero en sí misma no deja de ser una obra increíblemente inmersiva que lleva a sus personajes tan al límite como al espectador.

Eso sí, no es una película para todos los gustos, ya que la violencia tiene una presencia muy explícita, pero tampoco nos olvidemos de que las guerras son escenarios cruentos en los que cualquier salvajada puede suceder. A veces eso queda un poco en el olvido o limitado a centrarse a través de tragedias más o menos individuales cuando es algo que puede afectar a cualquiera que se encuentre allí cerca.

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