Hay quienes creen que en cada uno de nosotros puede haber un artista. Incluso si se es un reo en un sistema penitenciario, o un recluso de Guantánamo. Y es que un grupo de 8 retenidos (el gobierno de EE.UU. no les da figura de prisioneros), tuvieron la oportunidad de exponer sus obras en la universidad especializada en justicia criminal John Jay de Nueva York.

No obstante, el Pentágono amenaza con censurar los cuadros que salgan del centro de detención, incluso de incinerarlos por completo. Algo que rechaza Erin Thompson, comisaria de Ode to the sea: art from Guantanamo Bay (literalmente «Oda al mar: arte de la Bahía de Guantánamo»), que acusó a la medida de ser una «censura artística» propia de los regímenes autoritarios y no de los «Estados democráticos» como Estados Unidos.

Si bien los reclusos pudieron conservar sus lienzos y sacarlos de Guantánamo por medio de sus abogados, desde la exposición en octubre del año 2017 las normas han cambiado. Aunque las 36 obras de arte, entre cuadros y esculturas, de los ochos reclusos (cuatro ya liberados), podrán ser vistas hasta este mes.

Algo importante para Thompson, quien aseguró que hasta los familiares víctimas de terrorismo la han felicitado por la iniciativa, y que son los primeros que esperan un juicio para los reclusos, al tiempo que advierte que el privarlos del arte atenta contra su sano juicio durante su condena.

Ansi Muhammad es el nombre de uno de los autores

 

 

 

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